Capítulo Segundo
LOS DUENDES
1.
- En un lugar de la Cordillera Central Colombiana, se encontraba una hacienda
de ganado sola a la que se dirigieron dos trabajadores acompañados de cuatro
grandes perros; al aproximarse las horas de la noche, uno de ellos se dirigió a
traer agua, pero al salir de la casa dio algunos gritos; el compañero al oírlo
le dijo que no lo hiciera porque era peligroso, ya que en esa misma cordillera
habitaba “Patasola” y podía responderle y venirse hacia ellos; el hombre no le
hizo caso y se dirigió hacia la corriente de agua siempre gritando; cuando hubo
recogido el agua, ya de regreso a la casa, volvió a detenerse y comenzó a
gritar, entonces le contestaron en las partes altas de las cordilleras.
El
compañero hubo de decirle nuevamente que no continuara gritando porque ya había
visto el resultado, ya que le había contestado “Patasola” en las partes altas
de las cordilleras; el hombre no le hizo caso y continuó gritando y “Patasola”
le siguió contestando acercándose cada vez más hacia donde ellos se
encontraban.
Al
ver que se acercaba la “Patasola”, los dos hombres tuvieron que refugiarse
dentro de la casa y cerrar bien las puertas; al poco rato la “Patasola” llegó a
la casa y entonces los cuatro mastines que les acompañaban se tuvieron que
enfrentar a una verdadera batalla con la “Patasola”. Los hombres encerrados lo
único que hacían era sufrir y no hay duda de que su defensa fueron los perros,
que después de largas horas de lucha, pusieron en fuga a la “Patasola” quien al
retirarse seguía dando gritos semejantes a un alarido. Los hombres al
comprender que se había retirado, salieron de la casa y se alejaron en forma
rápida sin volver por allí.
¿PODRÍA
USTED DARME UNA EXPLICACIÓN SOBRE ESTE RELATO, MAESTRO?
R.-
Las gentes comunes y corrientes viven en este mundo de tres dimensiones ignorando
la existencia de una Cuarta Coordenada, de una Cuarta Dimensión.
Es
necesario saber que más allá de nuestro mundo tridimensional, está la Dimensión
Desconocida, la Región Etérica.
Si
cuidadosamente observamos el color de las lejanas montañas, podríamos ver un
intenso azul, bastante hermoso.
Es
obvio que dicho color es el éter de la Cuarta Dimensión; se nos ha dicho que en
un futuro remoto todo el éter será visible en forma plena en el mismo aire que
respiramos.
Los
científicos modernos niegan enfáticamente el éter y dicen que sólo existe en
los campos magnéticos.
Las
gentes de la Edad Media negaban la redondez de la Tierra, suponiendo que ésta
era plana.
Cuando
Galileo afirmó que la Tierra era redonda y que no estaba quieta, estuvo a punto
de ser condenado a muerte. Cuando se le exigió jurar que no era redonda y que
no se movía, poniendo las manos sobre la Santa Biblia, dijo: “lo juro; pero se
mueve, se mueve”.
Así
también, aunque neguemos la existencia del éter, aunque juremos que no existe,
tendremos que decir parodiando a Galileo: “pero existe, existe”.
En
esa Región Etérica, en esa Cuarta dimensión viven las criaturas Elementales de
la Naturaleza, y esto es algo que debemos comprender profundamente. A tales
criaturas se les dará el nombre de Elementales, precisamente porque viven en
los elementos.
Sepa
usted mi querido amigo, que el fuego está poblado de criaturas Elementales;
entienda que el aire está también densamente poblado por esa clase de criaturas
y que el agua y la tierra, están pobladas por esos mismos Elementales.
A
las criaturas del fuego, desde los tiempos más antiguos, se les conocía con el
nombre de Salamandras; a los Elementales del aire se les designa con el nombre
de Silfos; a los seres del agua se les llama Ondinas, Nereidas, Sirenas, etc.,
etc.; a las criaturas que viven entre las rocas de la tierra se les bautizó con
el nombre de Pigmeos, Gnomos, etc. Es ostensible que la forma de estas
criaturas varía muchísimo.
Las
criaturas del fuego son delgadas y secas, muy semejantes al chapulín o grillo,
aunque de tamaño mucho más grande.
Las
criaturas del aire parecen niños pequeños muy hermosos con rostros sonrosados
como la aurora.
Los
Elementales del agua tienen diversas formas; algunas parecen como damas
inefables, felices entre las olas del inmenso mar, otras tienen formas de
sirenas-peces, con cabeza de mujer, y por último hay Ondinas que juegan con las
nubes o moran en los lagos y ríos que se precipitan entre sus lechos de rocas.
Los
Gnomos de la tierra, los Pigmeos, parecen ancianos con su luenga barba blanca y
continente ceremonioso. Ellos viven normalmente en las minas de la tierra o
cuidan los tesoros que por ahí subyacen escondidos.
Todos
estos Elementales de la Naturaleza son útiles en la gran creación; algunos
animan el fuego; otros impulsan el aire formando los vientos; aquellos animan
las aguas; estos otros trabajan en la alquimia de los metales dentro de las
entrañas de la tierra.
Existen
muchas otras criaturas que pueblan los bosques, los desiertos, las montañas.
Usted distinguido caballero, nos ha hablado de la “Patasola”, un Elemental muy
particular de alguna región nevada en su país; es obvio que se trata de alguna
serie de criaturas Elementales con mucha fuerza y poder. El acontecimiento
narrado por usted nos indica claramente que dicho tipo Elemental tiene potencia
suficiente para hacerse sentir en el mundo de las tres dimensiones, en el mundo
físico; en el citado relato es incuestionable que hubo lucha entre los perros y
el ser desconocido; puedo asegurarle en forma enfática que si no hubiese sido
por los canes; los dos citados hombres habrían muerto.
Realmente,
en el seno profundo de la Naturaleza, en los parajes más lejanos, en el
misterio de las selvas, existen Duendes, Hadas, criaturas que las gentes de la
ciudad ni remotamente sospechan.
No
hace mucho tiempo por el mundo entero corrió la noticia sobre una extraña
muerte. Cierto explorador de la Antártida fue encontrado degollado bajo su
tienda de campaña en ese continente del Polo Sur. Lo interesante fueron sus
palabras halladas en su bitácora de viaje. En esta última se pudieron leer
frases como las siguientes: “Ya viene, ya lo veo, se acerca el monstruo, está
aquí, ¡Ay, ay, ay!”. ¿Qué clase de monstruo sería ese? Algún guardián de la
Cuarta Dimensión, eso es obvio.
Desarrollando
la Clarividencia podremos verificar la realidad de la Cuarta Dimensión y de las
criaturas Elementales que en ella viven.
2.
- A propósito de Duendes Maestro, quisiera relatarle un hecho que aconteció
hace 20 años en una población llamada Génova Caldas, Colombia: una niña fue
enviada por sus padres en la mañana a una tienda; al regresar a su casa se
encontró en el camino a una mujer que tenía cierto parecido a su madre, la cual
le convidó a que le siguiera; la niña le siguió, saliendo de la población.
Al
llegar las horas de la noche y ver sus padres que la niña no regresaba,
pusieron en conocimiento de las autoridades su desaparición; Horas más tarde se
organizó un grupo que fue en busca de la citada niña; Siguieron por un lugar
donde alguien les había informado haberla visto pasar, y al acercarse a la
Cordillera Central, una persona les indicó que por ahí había pasado y que ella
le había preguntado a donde iba, contestándole la niña que iba con su mamá.
Continuaron
la búsqueda a lo largo de la cordillera y después de tres días encontraron a la
niña semidesnuda sentada sobre un viejo tronco de un árbol, sin poder hablar;
al traerla al pueblo después de que recuperó el habla, explicó que la había
conducido una persona muy idéntica a su madre hasta ese lugar y después la
había abandonado.
¿Quisiera
explicarme a qué se debió esto, y si efectivamente fue un Duende como la gente
de ese lugar aseguraba?
R.-
Con el mayor placer contestaré a su pregunta. Obviamente la niña fue raptada
por un Duende que tomó la misma forma de su madre; las gentes escépticas de las
ciudades no creen en estas cosas; empero, las personas sencillas de los bosques
dan testimonios vivientes sobre la realidad de los Duendes, los cuales en el
fondo no son más que simples Elementales de la Naturaleza, habitantes de la
Cuarta Dimensión, de la Cuarta Coordenada, de la Cuarta Vertical.
Nosotros
los gnósticos tenemos medios y procedimientos científicos para entrar en esa
Cuarta Dimensión a voluntad, conscientemente, positivamente. Así podemos
entrevistarnos con tales criaturas de la Naturaleza y platicar con ellas.
3.
- ¿Podría usted explicarme de qué manera es posible penetrar con cuerpo de
carne y hueso dentro de la Cuarta Dimensión? A mí me gustaría ver esos Duendes,
esos Elementales, y si usted tiene el procedimiento, enséñemelo.
R.-
Pero, amigo mío, usted me está pidiendo algo sensacional; quiero que sepa que a
los gnósticos no nos gusta el egoísmo; tengo la clave y los procedimientos y
con el mayor placer le voy a enseñar uno.
Ante
todo conviene que usted sepa que la Naturaleza no es algo inconsciente, como
muchos suponen; la Naturaleza es realmente la Madre Natura, dispone de poderes
psíquicos formidables los cuales podemos utilizar para penetrar en la Cuarta
Dimensión voluntariamente, conscientemente, positivamente.
Acuéstese
usted del lado del corazón con la cabeza puesta sobre la palma de la mano
izquierda, concéntrese intensamente en la Madre Naturaleza, suplíquele, pídale,
ruéguele con frases salidas del corazón, con palabras sencillas, que lo
transporte, que lo lleve por entre la Cuarta Dimensión a un bosque cualquiera,
a algún paraje cercano y cuando usted comience a sentir sus piernas y brazos en
estado de lasitud, cuando comience a dormitar, sintiéndose en estado de
somnolencia, lleno de fe intensa, levántese de su cama, diciendo:
“Madre
mía, en nombre del Cristo te pido que me lleves con mi cuerpo a tal lugar:
(diga ahora el lugar a donde usted quiera ir)”.
Le
aconsejo, mi buen amigo, que antes de salir a la calle, dé primero un saltito
con la intención de flotar en el ambiente circundante, para verificar si
realmente está en la Cuarta Dimensión.
Es
claro que si usted no flota, si no logra quedar suspendido en la atmósfera, es
porque todavía no ha penetrado en el mundo de la Cuarta Dimensión; en este
último caso, métase entre su cama nuevamente y repita el experimento.
Algunas
personas triunfan inmediatamente, otras tardan meses y años enteros en este
aprendizaje.
Es
urgente saber que cada ser humano tiene su Madre Naturaleza Particular, aquel
principio inteligente que creó su propio cuerpo físico, que unió zoospermo y
óvulo para la fecundación, que dio forma a cada célula orgánica.
Nuestra
Madre Divina Particular puede ayudarnos a condición de una conducta recta.
Trabaje usted con esta técnica y cuando logre el éxito, podrá convivir en el
mundo de la Cuarta Dimensión con todas las criaturas Elementales de la
Naturaleza.
4.
- En una selva espesa del Departamento de Huila, en la República de Colombia,
le sucedió a un campesino que, estando entre vigilia y el sueño, sintió ruidos
cerca de su casa en las horas de la noche y oyó una voz que decía: “prende la
candela, prende la candela, prende la candela”. El hombre no prestó ninguna
atención, pero cuando estaba quedándose dormido, volvió a oír que le repetían
las mismas palabras tres veces; en vista de esto, se levantó y prendió la
candela, sentándose al pié de ella.
Cuando
ya había avanzado la noche, el hombre se volvió a quedar dormido, volviendo a
oír otra vez la misma voz que le repetía: “prende la candela, prende la
candela, prende la candela”. Despertó y vio que la candela se estaba apagando,
volvió a avivarla con la leña y, mientras lo hacía, le vino a la memoria en ese
momento un sueño que había tenido siete años atrás estando en otra región, en
donde vio que se encontraba solo en una selva y que una fiera lo atacaba.
¿Podría
usted explicarme quién le daba esas órdenes y qué tenía que ver su sueño de
siete años atrás con lo que le estaba sucediendo en esos momentos?
R.-
Distinguido señor, me es grato responder a su pregunta. Su relato está
interesante. El caballero de tal aventura, soñó siete años antes el evento
citado y es claro que su sueño se cumplió al pie de la letra; no hay duda de
que su sueño fue profético, se convirtió en realidad.
Incuestionablemente
gentes desencarnadas, mejor dijéramos, almas de fallecidos que en otros tiempos
vivían en tales selvas como pastores de animales porcinos, le ayudaron al
citado señor, vieron el peligro que le acechaba. No hay duda de que en tales
selvas hay bestias feroces, tigres, panteras, fieras de toda especie, etc.,
etc.; los difuntos aquellos le indicaron la necesidad de encender el fuego para
conjurar el peligro, para defenderse de esos asaltos nocturnos, posiblemente de
tigres, hablando específicamente. ¿Ve usted cómo tenemos amigos invisibles que
velan por nosotros y nos ayudan?
5.
- Hace dos años en una reunión en que se relataban casos raros, una de las
personas que trabajaba en una compañía de artículos eléctricos, nos contaba que
en Escocia había muchos Duendes y que a él, en lo particular, le sorprendió
mucho el siguiente caso: Un amigo íntimo de él, les narraba que se había hecho
amigo de un Duende y que platicaba largas horas con él, relatándole que al
Duende le gustaba mucho comer ciertas cerezas agridulces que había en muy
escasos lugares del bosque. Como no le creían, pensó hacerles una demostración
física, para lo cual le propuso al Duende llevarlo al lugar a donde se
encontraban las cerezas que tanto le gustaban; pero como no podían caminar al
parejo, le indicó se metiera en una bolsa de manta para poder transportarlo.
Una vez que el Duende estuvo dentro de la bolsa, el escocés corrió a la casa de
su amigo dando de gritos para demostrarle que era amigo de un Duende y que lo
llevaba consigo en la bolsa de manta, pero grande fue su sorpresa al abrirla y
ver que ésta estaba vacía; salió desconsolado y avergonzado de la casa, caminando
rumbo al lugar donde se encontraban las cerezas agridulces que tanto gustaban
al Duende.
Por
el camino se dio cuenta que algo se movía dentro de la bolsa de manta que
todavía traía en la mano. Al llegar al lugar donde se encontraban las cerezas,
saltó de la bolsa un conejito blanco que fue a devorarse las cerezas,
transformándose después en el Duende; al verlo el escocés le recriminó
diciéndole: ¿Por qué me hiciste esa mala jugada? ¿No ves que quedé por tu culpa
en ridículo con mis amigos? Contestándole el Duende que él no se prestaba a esa
clase de demostraciones y que si quería seguir siendo buen amigo de él, le
prometiera no volverlo a utilizar para convencer a sus amigos de la amistad que
les unía. ¿Es posible que los Duendes desaparezcan y aparezcan cambiando de
forma?
R.-
Con el mayor gusto responderé a su pregunta; se nos ha dicho que tales Duendes
asumen formas masculinas muy hermosas con rubios cabellos y sonrosado cutis;
algunos hasta afirman que se enamoran de las mujeres jóvenes en los bosques, y
que suelen darles deliciosas serenatas. Viejas tradiciones afirman que sólo con
una competencia de orquestas, haciendo resonar deliciosa música, pueden ser
alejados.
Su
relato es muy interesante; ya ve usted cómo alguien puede hacerse amigo de un
Duende; desgraciadamente, tal persona cometió el error de querer hacer
demostraciones con su amigo invisible; es obvio que los Duendes son enemigos de
los exhibicionismos; cuando ofrecen su amistad, lo hacen sinceramente;
desgraciadamente las gentes tienen la tendencia exhibicionista y eso es muy
grave.
¿Que
hubiera tomado aquella criatura la forma de un conejito? Eso no es nada raro.
¿Que hubiera devorado las cerezas? No se extrañe usted de eso. Ellos comen
distintas substancias, principios y frutos de la Naturaleza; son criaturas que
existen, que tienen vida, viven normalmente en la Cuarta Dimensión, pero en
algunos parajes solitarios de los bosques; pueden hacerse visibles y tangibles
para el hombre de carne y hueso, cuando así lo desean; las gentes vanas del
mundo ya no aceptan nada de esto porque están demasiado sumidas en la barbarie,
han degenerado sus sentidos psíquicos y se hallan demasiado materializados.
Nosotros
los gnósticos pensamos en forma diferente; tenemos ejercicios y sistemas para
desarrollar las facultades psíquicas y, mediante ciertos procedimientos, hasta
nos damos el lujo de ponernos en contacto no solamente con los Duendes, sino
también con los Devas y Elementales de esta gran creación.
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